Dejarás de fumar, ten fe

Hoy quisiera desviarme un poco hacia un tema que nos concierne a todos.
"Dejarás de fumar, ten fe" es un libro en la que Ángel Menéndez relata desde su propia experiencia su lucha contra el cigarrillo. Éste hombre narra las distintas etapas de su vida (adolescencia, juventud, servicio militar, trabajo, matrimonio, familia) y cómo llega a liberarse del tabaco apoyándose en su fe. Todos sabemos que es muy difícil abandonar este vicio luego de haber fumado durante muchos años, pero este libro demuestra que "CUANDO SE QUIERE, SE PUEDE" (pero cuando de verdad se quiere).
Una de las razones que impulsa a una persona a tomar el vicio, comienza dento del grupo de "amiguitos" con comentarios como "Si no fumás sos marica, nene/a de mamá, idiota" o "dale, hacelo, tus papás no te miran". Y aquí cito parte del libro que, tal vez, muchos se sientan identificados:

"A la mañana siguiente, las toses en todos nosotros eran como parte del grupo. Nos echábamos en cara habernos pasado con el tabaco. Y es que aquello era malísimo. Nos estábamos matando poco a poco. Eso sí, pasándolo muy bien, pero matándonos. Pero fumar era “obligatorio”. Si no fumabas eras marica o un tipo muy raro (...) Y algo peor, el pensar que fumar nos relajaba; que nos hacía sentir con mayor fuerza y confianza ante cualquier problema o situación difícil. Con los años descubriríamos que todo eso era falso, y que el verdadero problema es la adicción a la nicotina y punto. Esto no quita que todas las ayudas para dejarlo sean pocas y bienvenidas."


Otra parte muy interesante del libro, es un diálogo entre el protagonista y una enfermera:

"Recuerdo un día que le pregunté a una enfermera que acababa de cruzarme por los jardines del hospital:

- ¿Qué le pasa a ese enfermo que tiene tan mala cara y un color tan cetrino?

- Fumaba como un carretero, me contestó.

- Estuvo a punto de morir y, aun ahora convaleciente, no sabemos qué pasará con él.

Se me ponían los pelos como escarpias sólo de pensar que aquella persona apenas tenía tres o cuatro años más que yo, según me dijo ella, aunque por apariencia podría ser mi padre, por no decir mi abuelo.

Seguí hablando con la enfermera y, al verme tan interesado, me preguntó:

- ¿Tú fumas?

- Sí, bastante, le dije.

- ¿Quieres que te cuente alguna de las cosas que podrían sucederte si dejases de fumar ahora mismo?

- Muy buenas tendrían que ser para convencerme, contesté entre sonrisas.

- Pues verás: en aproximadamente veinte minutos tu presión sanguínea bajará a estado normal. En ocho horas, más o menos, el nivel de monóxido de carbono (gas tóxico) en tu sangre bajará a menos de la mitad, y la cantidad de oxígeno regresará a su estado normal.

- ¿Todo eso me pasará?, le dije.

- Espera, espera, no he terminado, me interrumpió.- En sólo 48 horas la posibilidad de un infarto habrá disminuido notablemente. Toda la nicotina habrá abandonado tu cuerpo y tu sentido del gusto y del olfato regresarán a su estado normal. En 72 horas tus arterias bronquiales se relajarán y tu energía aumentará considerablemente. En sólo dos semanas tu circulación sanguínea crecerá y seguirá mejorando durante las siguientes diez semanas. En un período de tres a nueve meses la tos, los silbidos y la respiración dificultosa desaparecerán mientras la capacidad de tus pulmones mejorará, al menos en un 10 %. En sólo 1 año el riesgo de que tengas un infarto se rebajará a la mitad. En 5 años la posibilidad de tener un infarto cerebral será la misma que para un no-fumador. En tan sólo 10 años el riesgo de cáncer de pulmón será igual que el de un no-fumador. En 15 años nada más, la probabilidad de sufrir un infarto será la misma que para el que no fuma.

- Vale, vale, le dije.- Lo tengo claro. Me rindo.

Otra cosa sería conseguirlo fácilmente, pensé mientras llamaban a la enfermera y ésta se alejaba con pasos rápidos, como queriendo demostrarme que ella tampoco fumaba y por eso andaba tan enérgicamente."


Y por último les dejo la plegaria que el protagonista recita luego de haber conseguido dejar de fumar:

"- Por la paz del mundo. Para que cesen todas las guerras y terrorismo, roguemos al Señor.

- Por la salud, consuelo y alivio de todos nuestros enfermos y convalecientes, roguemos al Señor.

- Por todos nuestros difuntos, para que vivan en el cielo para siempre, roguemos al Señor.

Y, por último:

- Por todas las personas que luchan por superar sus tentaciones y debilidades, cualesquiera que éstas sean, para que se apoyen en Dios para conseguirlo, roguemos al Señor."


Les deseo a todos: salud y felicidad. Si tienen fe, será posible.









P.D.:
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