Martin Luther King, Jr. (Atlanta, 15 de enero de 1929 - Memphis, 4 de abril de 1968) fue un pastor estadounidense de la iglesia bautista que desarrolló una labor crucial en Estados Unidos al frente del Movimiento por los derechos civiles para los afroamericanos y que, además, participó como activista en numerosas protestas contra la Guerra del Vietnam y la pobreza en general.
Por esa actividad encaminada a terminar con el apartheid estadounidense y la discriminación racial a través de medios no violentos, fue condecorado con el Premio Nobel de la Paz en 1964. Cuatro años después, en una época en que su labor se había orientado especialmente hacia la oposición a la guerra y la lucha contra la pobreza, fue asesinado en Memphis, cuando se preparaba para liderar una manifestación.
Luther King, activista de los derechos civiles desde muy joven, organizó y llevó a cabo diversas actividades pacíficas reclamando el derecho al voto, la no discriminación y otros derechos civiles básicos para la gente de raza negra de los Estados Unidos. Entre sus acciones más recordadas están el boicot de autobuses en Montgomery, en 1955; su apoyo a la fundación de la Southern Christian Leadership Conference, en 1957 (de la que sería su primer presidente); y el liderazgo de la Marcha sobre Washington por el Trabajo y la Libertad, en 1963, al final de la cual pronunciaría su famoso discurso "I have a dream" (‘yo tengo un sueño’), gracias al cual se extendería por todo el país la conciencia pública sobre el movimiento de los derechos civiles y se consolidaría como uno de los más grandes oradores de la historia estadounidense.
La mayor parte de lo derechos largamente reclamados por el movimiento serían promulgados legalmente con la aprobación de la Ley de los derechos civiles y la Ley del derecho al voto.
King es recordado como uno de los mayores líderes y héroes de la historia de Estados Unidos, y en la moderna historia de la no violencia. Se le concedió a título póstumo la Medalla Presidencial de la Libertad por Jimmy Carter en 1977 y la Medalla de oro del congreso de los Estados Unidos en 2004. Desde 1986, el Martin Luther King Day es día festivo en los Estados Unidos.
Montgomery: La lucha por los derechos civiles
El 1 de diciembre de 1955, cuando Rosa Parks, una mujer negra, fue arrestada por haber violado las leyes segregacionista de la ciudad de Montgomery al rechazar el ceder su sitio a un hombre blanco en un autobús, Luther King inició un boicot de autobuses con la ayuda del pastor Ralph Abernathy y de Edgar Nixon, director local de la National Association for the Advancement of Colored People.La población negra apoyó y sostuvo el boicot, y organizó un sistema de viajes compartidos. Luther King fue arrestado durante esa campaña, que duró 382 días y que resultó extremadamente tensa a causa de los segregacionistas blancos que recurrieron a métodos terroristas para intentar amedrentar a los negros: la casa de Martin Luther King fue atacada con bombas incendiarias la mañana del 30 de enero de 1956, así como la de Ralph Abernathy y cuatro iglesias.
Los boicoteadores fueron objeto constante de agresiones físicas, pero el conjunto de los 40 000 negros de la ciudad siguieron con su protesta, llegando en ocasiones a caminar hasta 30 km para llegar a sus lugares de trabajo.
El boicot terminó gracias a una decisión de la Corte Suprema de los Estados Unidos del 13 de noviembre de 1956 que declaró ilegal la segregación en los autobuses, restaurantes, escuelas y otros lugares públicos.
Continuando con la campaña, en 1957, Luther King participó en la fundación de la SCLC (Conferencia Sur de Liderazgo Cristiano, en inglés), un grupo pacifista del que sería presidente hasta su muerte creado para participar activamente en el movimiento por los derechos civiles organizando a las iglesias afroamericanas en las protestas no violentas.
King se adhirió a la filosofía de la desobediencia civil no violenta, tal como había descrito Henry David Thoreau y como había utilizado con éxito en la India Gandhi. Aconsejado por el militante de los derechos civiles Bayard Rustin, decidió utilizarla con motivo de las manifestaciones de la SCLC.
King expuso en 1958 su punto de vista sobre la segregación racial y la espiral de desigualdad y de odio que provocaba en su libro Stride toward freedom; the Montgomery story (‘La marcha hacia la libertad; la historia de Montgomery’):
Con frecuencia, los hombres se odian unos a otros porque se tienen miedo; tienen miedo porque no se conocen; no se conocen porque no se pueden comunicar; no se pueden comunicar porque están separados.
Mientras estaba firmando ejemplares de su libro en una tienda de Harlem, el 20 de septiembre de ese año fue apuñalado por Izola Curry, una mujer negra que lo acusó de ser un jefe comunista, y que sería juzgada como desequilibrada. Luther King escapó por poco de la muerte, pues la herida hecha con un cortapapeles le había rozado la aorta. Perdonó a su agresora y en una declaración a la prensa aprovechó para subrayar y denunciar la presencia de la violencia en la sociedad estadounidense:
El aspecto patético de esta experiencia no es la herida de un individuo. Demuestra el clima de odio y de amargura que impregna de tal manera nuestra nación, que estos accesos de extrema violencia deben surgir inevitablemente. Hoy soy yo. Mañana podría ser otro dirigente o no importa quién, hombre, mujer o niño, quien sea víctima de la anarquía y la brutalidad. Espero que esta experiencia termine por ser socialmente constructiva demostrando la necesidad urgente de la no violencia para gobernar los asuntos de los hombres.
En 1959 escribió el libro The measure of a man (‘La medida de un hombre’), un intento de describir una estructura óptima de sociedad política, social y económica, libro del que se extrajo el ensayo What is man? (¿Qué es un hombre?).
Las reseñas de los periodistas y los reportajes de la televisión mostraron las privaciones y humillaciones cotidianas de los afroamericanos del sur de los Estados Unidos, así como la violencia y el acoso desplegados por los segregacionistas contra los militantes de los derechos civiles. Como consecuencia de ello, se produjo una ola de incipiente simpatía en el seno de la opinión pública por el movimiento, que terminaría por convertirse en el tema político más importante de los Estados Unidos de los años sesenta.
La marcha sobre Washington
Representando al SCLC, Martin Luther King era el dirigente de una de las seis grandes organizaciones por los derechos civiles que organizaron la marcha sobre Washington por el trabajo y la libertad. Y fue uno de los que aceptaron la sugerencia del presidente John F. Kennedy de cambiar el mensaje de la misma.El presidente, que ya había apoyado públicamente a Martin Luther King y había intervenido también varias veces para que se le dejase salir de prisión, se había opuesto inicialmente al objetivo de la marcha porque consideraba que podría tener un impacto negativo en el voto de la ley sobre los derechos civiles. Ese objetivo inicial era el mostrar la situación desesperada de los afro-americanos de los estados del sur y denunciar el fracaso del gobierno federal en asegurar sus derechos y su seguridad. El grupo de los seis aceptó bajo la presión e influencia presidencial presentar un mensaje menos radical. Algunos activistas de los derechos civiles pensaron entonces que la marcha presentaba así una visión inexacta y edulcorada de la situación de los negros; Malcolm X la llamó «La farsa sobre Washington» y los miembros de la organización Nation of Islam, que participaron en la marcha, fueron suspendidos temporalmente
La marcha planteó, sin embargo, demandas específicas:
- el fin de la segregación racial en las escuelas públicas;
- una legislación significativa sobre los derechos civiles (incluyendo una ley que prohibiese la discriminación racial en el mundo del trabajo);
- una protección de los activistas de los derechos civiles de la violencia policial;
- un salario mínimo de 2 dólares para todos los trabajadores sin distinción;
- un gobierno independiente para Washington, D.C., que dependiese de un comité del Congreso.
El que a la postre sería el momento álgido en la lucha de Martin Luther King fue su famoso discurso «I have a dream», en el que manifestó su voluntad y su esperanza de conocer una América fraternal. Este discurso está considerado como uno de los mejores de la historia estadounidense, junto con el Gettysburg Address de Abraham Lincoln.
St. Augustine, la Civil Rights Act y el Premio Nobel de la Paz
A pesar del fallo de 1954 de la corte Suprema (Brown v. Board of Education), que declaró la segregación racial como inconstitucional en la escuelas públicas, solo seis niños negros fueron admitidos en las escuelas blancas en St. Augustine (Florida). Además, las casas de dos familias de estos niños fueron incendiadas por los segregacionistas blancos y otras familias fueron forzadas a marcharse de la región porque los padres fueron despedidos del trabajo y no pudieron encontrar otro en la zona.En mayo y junio de 1964, Martin Luther King y otros dirigentes de los derechos civiles llevaron a cabo una acción directa en esa ciudad para denunciar los hechos; una marcha nocturna alrededor del antiguo mercado de esclavos terminó con los manifestantes atacados por los segregacionistas blancos y con la detención de cientos de personas. Como las prisiones eran demasiado pequeñas, se tuvo que encerrar a los detenidos al aire libre. Algunos manifestantes fueron arrojados al mar por la policía y por los segregacionistas, y se libraron de ahogarse durante un intento de llegar a las playas de Anastasia Island, reservadas a los blancos.
La tensión alcanzó su punto álgido cuando un grupo de manifestantes se tiró a la piscina del motel Monson prohibido a los negros. La fotografía de un policía zambulléndose para arrestar a un manifestante y la del propietario del motel vertiendo ácido clorhídrico en la piscina para hacer salir a los activistas, se conocieron en todo el mundo y sirvieron incluso a los estados comunistas para desacreditar el discurso de la libertad de los Estados Unidos. Los manifestantes aguantaron la violencia física y verbal sin responder, lo que entrañó un movimiento de simpatía nacional y ayudó a la aprobación de la Civil Rights Act el 2 de julio de 1964.
El 14 de octubre de 1964, Martin Luther King se convirtió en el galardonado más joven con el Premio Nobel de la Paz, por haber dirigido una resistencia no violenta con el objetivo de eliminar los prejuicios raciales en los Estados Unidos.
«Bloody Sunday» (El domingo sangriento)
En diciembre de 1964, Martin Luther y el SCLC unieron sus fuerzas otra vez con el Student Nonviolent Coordinating Committee (SNCC) en Selma, Alabama, donde el SNCC trabajaba desde hacía meses en el registro de electores en las listas electorales. Selma era entonces un lugar importante para la defensa del derecho al voto de los afroamericanos. La mitad de los habitantes de la ciudad eran negros, pero solo el 1% de ellos estaban inscritos en las listas electorales; la oficina del registro, que no estaba abierta más que dos días al mes, abrió con retraso y sufría demoras además por las pausas para comer.El domingo 7 de marzo de 1965, 600 defensores de los derechos civiles salieron de Selma para intentar llegar a Montgomery, la capital del estado, para presentar sus quejas en medio de una marcha pacífica. Fueron arrestados al poco de unos kilómetros en el puente Edmund Pettus, donde se les impidió proseguir por parte de la policía y de una muchedumbre hostil de personas de piel blanca, que los rechazó violentamente a golpe de porras y de gases lacrimógenos. Ese día sería recordado con el nombre de «bloody sunday» y marcó un punto sin retorno en la lucha por los derechos civiles.
Los reportajes que mostraron la violencia policial permitieron al movimientos conseguir el apoyo de la opinión pública y subrayaron el éxito de la estrategia de no violencia de Luther King, que no estaba presente en esa primera marcha pues había estado intentando retrasarla tras su encuentro con el presidente Lyndon B. Jonson.
Dos días después, Martin Luther dirigió una marcha simbólica hasta el puente, una acción que parecía haber negociado con las autoridades locales y que provocó la incomprensión de los activistas de Selma. El movimiento buscó entonces la protección de la justicia con el objeto de realizar la marcha y el juez de la corte federal Frank Minis Johnson Jr resolvió en favor de los manifestantes:
La ley es clara con respecto al hecho de que el derecho a presentar quejas contra el gobierno puede ser ejercido por un gran grupo […] y estos derechos pueden ser ejercidos por una marcha, incluso de la extensión de una vía pública.
3200 manifestantes partieron, finalmente, de Selma el domingo 21 de marzo de 1965, recorriendo 20 kilómetros al día y durmiendo en los campos. Fue durante este trayecto cuando Willie Ricks ideó la expresión «Black Power».
En el momento de su llegada al capitolio de Montgomery, el jueves 25 de marzo, los manifestantes eran 25 000. Martin Luther King pronunció entonces el discurso «How Long, Not Long». Ese mismo día, la militante blanca de los derechos civiles, Viola Liuzzo, fue asesinada por el Ku Klux Klan cuando transportaba a unos manifestantes en su coche. Martin Luther asistió a sus funerales y el presidente Johnson intervino directamente en la televisión para anunciar la detención de los culpables.
Menos de cinco meses después, el presidente firmó la Voting Rights Act mediante la que se garantizaba el derecho al voto para los ciudadanos negros sin restricciones de ningún tipo.
Contra la guerra de Vietnam y la pobreza
A partir de 1965, Martin Luther King comenzó a expresar públicamente sus dudas sobre el papel de los Estados Unidos en la Guerra de Vietnam. El 4 de abril de 1967, un año antes de su muerte, pronunció en Nueva York el discurso «Más allá de Vietnam: el momento de romper el silencio». Denunciaba en él la actitud de Estados Unidos en Vietnam e insistía en el hecho de que estaban ocupando el país como una colonia estadounidense y llamaba al gobierno estadounidense «el más grande proveedor de violencia en el mundo de hoy». Insistía, también, en que el país tenía necesidad de un gran cambio moral:Una verdadera revolución de valores se preocuparía luego, avergonzada, de los sorprendentes contrastes entre la pobreza y la riqueza. Con una indignación justificada, miraría más allá de los mares y vería a los capitalistas individualistas del oeste invirtiendo enormes cantidades de dinero en Asia, en África y en América del sur, solo para conseguir beneficios y sin ninguna preocupación por las mejoras sociales en esos países, diría: “No es justo.”
Consideraba que el Vietnam hacía difícil alcanzar los objetivos enunciados por Johnson en su discurso sobre el estado de la Unión de 1964, en el que anunció una «guerra contra la pobreza».
Luther King ya era odiado por numerosos blancos racistas de los estados del sur, pero este discurso hizo que numerosos medios se volviesen contra él. Time calificó el discurso como «una calumnia demagógica que parecía un guion de Radio Hanoi», y The Washington Post declaró que King «había disminuido su utilidad a su causa, su país, su gente».
Luther King expresó con frecuencia la idea de que Vietnam del norte «no había empezado a enviar un gran número de provisiones u hombres hasta que las fuerzas estadounidenses no habían llegado por decenas de miles». Elogió también la reforma agraria emprendida por el norte. Acusó, igualmente, a los Estados Unidos de haber asesinado a un millón de vietnamitas, «sobre todo niños» Y propuso en una carta al monje budista y pacifista vietnamita Thich Nhat Hanh, que luchaba por la detención del conflicto, para el Premio Nobel de la Paz de 1967.
Dijo también en su discurso que la verdadera compasión es más que dar una limosna a un mendigo; permite ver que un edificio que produce mendigos tiene necesidad de una reestructuración. […] de Vietnam a África del Sur pasando por América latina, los Estados Unidos están en el lado malo de la revolución mundial.
Además, cuestionó «nuestra alianza con los terratenientes de América latina» y se preguntó por qué los Estados Unidos reprimían en lugar de apoyar las revoluciones de los «pueblos descalzos y descamisados» del tercer mundo.
El discurso era un reflejo de la evolución política de Martin Luther King en sus últimos años, debido en parte a su afiliación al Highlander Research and Education Center progresista, y que lo había llevado a hablar de una necesidad de cambios fundamentales en la vida política y económica de la nación.
Expresaba con mucha frecuencia su oposición a la guerra y la necesidad de redistribuir los recursos para corregir las injusticias raciales y sociales.
Y aunque en sus alocuciones públicas era reservado a la hora de adscribirse ideológicamente, con el fin de evitar ser etiquetado como comunista por sus enemigos políticos, en privado declaraba habitualmente apoyar al socialismo democrático:
Ustedes no pueden hablar de una resolución del problema económico de los negros sin hablar de millones de dólares. Ustedes no pueden hablar del fin de las chabolas sin decir primero que los beneficios no pueden conseguirse gracias a las chabolas. Ustedes en verdad falsean la realidad porque tienen negocios ahora con la gente. Ustedes tienen negocios con los capitanes de la industria […] Eso significa ahora que ustedes se mueven en un mar agitado, porque eso significa que hay algo que no funciona con... El capitalismo... Debe haber una mejor distribución de la riqueza y puede ser que América tenga que dirigirse hacia un socialismo democrático.
Martin Luther King había leído a Marx cuando estaba en Morehouse, pero aunque rechazaba el «capitalismo tradicional», rechazaba también el comunismo a causa «de su interpretación materialista de la historia» que niega la religión, su «relativismo étnico» y su «totalitarismo político».
La campaña de los pobres
A partir de noviembre de 1967, King y el equipo de la Southern Christian Leadership Conference (SCLC) se reunieron para discutir la nueva legislación, los motines raciales (hot summers) y la aparición del Black power. Decidieron entonces organizar la Poor People's Campain (la Campaña de los pobres) con el fin de luchar por la justicia social. Calificada por el pastor como la «segunda fase en el movimiento de los derechos civiles» , pretendía luchar contra la pobreza, analizando su origen y no restringiéndose solo a la defensa de los afroamericanos. King afirmó entonces:No deben ser solo las gentes negras, sino todos los pobres. Debemos incluir a los amerindios, los puertorriqueños, los mexicanos e, incluso, a los pobres blancos.
No obstante, la campaña no fue apoyada por todos los dirigentes del movimiento de los derechos civiles, entre ellos Bayard Rustin. Su oposición se basó en argumentos relativos al hecho de que los objetivos de la campaña eran demasiado amplios, las demandas irrealizables y que ello aceleraría el movimiento de represión contra los pobres y los negros. Luther King recorrió el país de punta a punto para reunir un «ejército multirracial de los pobres», que marcharía sobre Washington e iniciaría una desobediencia civil en el capitolio, que duraría si fuese necesario hasta que el congreso firmase una declaración de los derechos humanos del pobre. El Reader's Digest hablaría de una «insurrección».
Esta «declaración de los pobres» demandaba un programa de empleos gubernamentales para reconstuir las ciudades estadounidenses. Luther King vio una necesidad urgente de enfrentarse al congreso que había demostrado su «hostilidad a los pobres» al «distribuir los fondos militares con generosidad» pero dando «fondos a los pobres con avaricia». Su visión era la de un cambio que fuese más revolucionario que una simple reforma: citó los defectos sistemáticos del racismo, de la pobreza, del militarismo e indicó que «la misma reconstrucción de la sociedad era el verdadero problema que había que resolver».
Pero el asesinato de Luther King en abril de 1968 afectó profundamente a la campaña. Esta se inició a pesar de todo en mayo, culminando con una marcha sobre Washington, sin conseguir lograr sus objetivos
Asesinato
A finales de marzo de 1968, Martin Luther King se desplazó a Memphis (Tennessee) para apoyar a los basureros negros locales que estaban en huelga desde el 12 de marzo con el objeto de obtener una mejora salarial y un mejor trato.A los afroamericanos se les pagaba 1 dólar y 70 centavos por hora y no se les pagaba cuando no podían trabajar por razones climatológicas, al contrario de lo que se hacía con los trabajadores blancos.
Como consecuencia de las protestas pacíficas, estalló una oleada de violencia contra ellas que degeneró en el asesinato de un joven afroamericano.
El 3 de abril, en el Mason Temple (Church of God in Christ, Inc. - sede mundial), Martin Luther hizo el discurso profético "I've Been to the Mountaintop" («He estado en la cima de la montaña») ante una auditorio eufórico:
No es verdaderamente importante lo que ahora ocurre... Algunos han comenzado a […] hablar de amenazas que se perfilan. ¿Qué es lo que me podría ocurrir por parte de uno de nuestros malvados hermanos blancos? … Como todo el mundo, a mí me gustaría vivir mucho tiempo. La longevidad es importante, pero eso es algo que ahora no me preocupa. Yo solo quiero cumplir la voluntad de Dios. ¡Y él me ha autorizado a subir a la montaña! Y he mirado en torno a mí y he visto la tierra prometida. Puede que yo no vaya allí con vosotros. Pero quiero que sepáis esta noche que nosotros llegaremos como pueblo a la tierra prometida. Y estoy muy feliz esta noche. No tengo ningún temor. No tengo miedo de ningún hombre. ¡Mis ojos han visto la gloria de la venida del señor!
El 4 de abril de 1968 a las 18 horas y un minuto, Martin Luther King fue asesinado por un segregacionista blanco en el balcón del Lorraine Motel en Memphis (Tennessee). Sus últimas palabras en ese balcón fueron dirigidas al músico Ben Branch, quien iba a actuar esa noche durante una reunión pública a la que asistiría Martin Luther:
Ben, prepárate para tocar Precious Lord, Take My Hand (Señor, toma mi mano) en la reunión de esta noche. Tócala de la manera más hermosa.
Sus amigos, que estaban dentro de la habitación, al oír los disparos corrieron hacia el balcón donde encontraron a Luther King con una bala en la garganta. Su muerte fue declarada en el St. Joseph's Hospital a las 19h05. El asesinato provocó una oleada de motines raciales en 60 ciudades de los Estados Unidos (125 en total) que provocaron numerosas muertes y obligaron a la intervención de la guardia nacional
Cinco días más tarde, el presidente Johnson decretó un día de luto nacional (el primero por un afroamericano) en honor de Martin Luther King. A sus funerales asistieron 300 000 personas, a los que asistió también el vicepresidente Hubert Humphrey (Johnson estaba en una reunión sobre Vietnam en Camp David y había el temor de que su presencia pudiese provocar manifestaciones de los pacifistas). Motines de cólera estallaron en más de cien ciudades provocando 46 víctimas.
A petición de su viuda, Martin Luther hizo su propia oración fúnebre con su último sermón, «Drum Major», grabado en la Ebenezer Baptist Church.
En este sermón, pidió que en sus funerales no se hiciese mención alguna de sus premios sino que se dijese que él había intentado «alimentar a los hambrientos», «vestir a los desnudos», «ser justo sobre el asunto de Vietnam» y «amar y servir a la humanidad». A petición suya, su amiga Mahalia Jackson cantó su himno favorito, Take My Hand, Precious Lord.
Tras el asesinato, la ciudad de Memphis negoció el fin de la huelga de una manera favorable a los basureros.
Según el biógrafo Taylor Branch, la autopsia de King reveló que, aunque solo tenía 39 años, su corazón parecía el de un hombre de 60, mostrando físicamente el efecto del estrés de 13 años en el movimiento de los derechos civiles.
Entre 1957 y 1968, King había recorrido más de 9,6 millones de kilómetros, hablado en público más de 2500 veces, arrestado por la policía más de veinte y había sido agredido físicamente al menos en cuatro ocasiones.
El pensamiento de Martin Luther King
Desobediencia civil y no violencia
En la Carta desde la prisión de Birmingham, escrita el 16 de abril de 1963 mientras estaba arrestado por una manifestación no violenta, Martin Luther King respondió a ocho sacerdotes blancos de Alabama que habían escrito cuatro días antes una carta titulada Una llamada a la unidad. Aunque admitían la existencia de injusticias sociales, expresaban la idea de que la batalla contra la segregación racial debía tener lugar en los tribunales y no en la calle. King respondió entonces que sin acciones directas y fuertes como las que él lideraba, los derechos civiles no se conseguirían nunca.Escribió también que «esperar ha significado casi siempre nunca» y afirmaba que la desobediencia civil no estaba solamente justificada frente a una ley injusta, sino también que «cada uno tiene la responsabilidad moral de desobedecer las leyes injustas».
La carta incluía la famosa cita «Una injusticia en cualquier parte es una amenaza a la justicia de cualquier lugar», así como unas palabras de Thurgood Marshall que él repite: «Una justicia demorada durante mucho tiempo es una justicia rechazada».
Hasta el final de su vida, Martin Luther King se opuso a la radicalizacion y a la violencia preconizada por el Black Power y subrayó que «los motines no arreglan nada», y consideró este medio como ineficaz, más allá de la naturaleza opuesta de los motines a su doctrina de no violencia, de moral y de fe:
Si se dice que el poder es la capacidad de cambiar las cosas o la capacidad de conseguir sus objetivos, entonces no es poder involucrarse en un acto que no los consigue: sea cual sea el ruido que hagáis y el número de cosas que queméis.
Para él, una guerrilla como la del Che Guevara era una "ilusión romántica". King prefería la disciplina de la desobediencia civil, que definía no solamente como un derecho sino también como un homenaje a una energía democrática no explotada. Lo mismo para la pobreza: pidió a los militantes "utilizar todo el poder de la no violencia para el problema económico", aunque no hubiese nada en la Constitución estadounidense que garantizase un techo y una comida. Remarcó la similitud de su lucha con la de Jesus:
La opinión pública le dio la espalda. Decían que era un agitador. Utilizaba la desobediencia civil. Rechazaba los mandatos de la ley.
Para King, la no violencia no era sólo justa sino indispensable, porque por muy justa que fuese la causa de origen, la violencia significa el error y el ciclo de venganza de la Ley del Talión, y el defendía la ética de la reciprocidad:
La última debilidad de la violencia es que es una espiral descendente, que engendra lo mismo que busca destruir. En lugar de debilitar el mal, lo multiplica. Utilizando la violencia, podéis matar al mentiroso, pero no podréis matar la mentira, ni restablecer la verdad. Utilizando la violencia, podréis asesinar al rencoroso, pero no podréis matar el odio. De hecho, la violencia hace simplemente crecer el odio. Y esto continúa. Devolver el odio por el odio multiplicado al odio, añadiendo una oscuridad todavía más profunda que una noche sin estrellas. La oscuridad no puede esconder la oscuridad: sola la luz puede hacer esto. El odio no puede esconder el odio: solo el amor puede hacer esto.
Afirmaba también que el fin no podía justificar los medios, al contrario de lo que pensaba Maquiavelo: Siempre he predicado que la no violencia exige que los medios que utilizamos deban ser tan puros como el fin que perseguimos. He intentado dejar claro que está mal utilizar medios inmorales para alcanzar un fin justo. Pero debo afirmar ahora que también está mal, todavía peor, utilizar medios morales para preservar un fin inmoral.
En la Carta de Birmingham, respondió también a los sacerdotes que le acusaban de crear oportunidades para la violencia con su desobediencia civil pacífica en un medio racista, indicándole que el que pide justicia de manera no violenta no puede ser instigador de disturbios:
En vuestra declaración, afirmáis que nuestras acciones, aunque pacíficas, deben ser condenadas porque precipitan la violencia. Pero, ¿es una afirmación lógica? ¿No es como si condenaseis a un hombre que ha sido robado porque el hecho de tener dinero es lo que ha provocado el acto de robar?
Igualdad racial, libertad y orgullo
Más allá de su lucha por la igualdad racial, del discurso "I have a dream" donde imagina que sus "cuatro hijos vivirán un día en una nación donde no sean juzgados por el color de su piel sino por el contenido de su persona" y de la victoria política con los votos de la Civil Rights Act y Voting Rights Act, Martin Luther King señaló que la igualdad racial no devenía sólo de las leyes que defienden a la persona, sino sobre todo de la manera en que esa persona se percibe a sí misma:Mientras el espíritu se halle esclavizado, el cuerpo no podrá ser nunca libre. La libertad psicológica, un firme sentido de la autoestima, es el arma más poderosa contra la larga noche de la esclavitud física. Ninguna proclama de emancipación lincolniana o carta de derechos civiles johnsoniana puede aportar totalmente este tipo de libertad. El negro será libre cuando alcance las profundidades de su ser y firme con la pluma y la tinta de su humanidad afirmada su propia declaración de emancipación. Y con un espíritu tendido hacia la verdadera autoestima, el negro debe rechazar con orgullo las esposas de la auto-abnegación y decirse a sí mismo y decir al mundo: “Yo soy alguien. Yo soy una persona. Yo soy un hombre con dignidad y honor. Y tengo una historia rica y noble.
Pacifismo y compromiso personal
Martin Luther King subrayó que la no violencia no era solamente un método justo, sino también un principio que debía ser aplicado a todos los seres humanos, fuesen de donde fuesen, y comparaba la campaña de no violencia aclamada en los Estados Unidos a la violencia de la guerra de Vietnam sostenida por una parte de la opinión pública estadounidense:Hay algo extrañamente inconsistente en una nación que os aclama cuando decís “Sed no violentos con Jim Clark”, pero que os maldice y os condena cuando decís: “sed no violentos con los niños vietnamitas marrones”.
Para Luther King, la no violencia debía llevar al pacifismo, sobre todo en el contexto de la guerra fría y de la estrategia militar de destrucción mutua asegurada que podría llevar al apocalipsis:
Los hombres, a lo largo de la historia, han hablado de la guerra y de la paz. Pero ahora ya no pueden quedarse solo en el hablar. No es una elección entre la violencia y la no violencia en este mundo; es una elección entre la no violencia y la no existencia.
Martin Luther King invocaba con frecuencia la responsabilidad personal para desarrollar la paz mundial. Para él, el triunfo del bien sobre el mal era inevitable, a pesar de los frecuentes retrocesos y guerras de la historia:
Rechazo aceptar la noción cínica de que naciones tras naciones deben descender la escalera militarista hacia el infierno de la destrucción termonuclear. Creo que la verdad desarmada y el amor incondicional tendrán finalmente la palabra. Porque el bien, incluso temporalmente vencido, es más fuerte que el mal triunfante.
Admitía que esa opinión idealista y moral era difícilmente defendible en ese contexto histórico, pero subrayaba que la conciencia y el ideal de justicia no debían recular ante una opinión pública desfavorable, un cálculo político o una tarea que pareciese insuperable:
En relación a algunas posturas adoptadas, la cobardía plantea una cuestión: “¿es peligroso?”; el oportunismo plantea la cuestión: “¿es política?”; y la vanidad lo junta todo y plantea la cuestión: “¿es popular?”. Pero la conciencia plantea la cuestión: “¿es justo?”. Y llega entonces un momento en que uno debe posicionarse ante algo que no carece de peligro, que no es política, ni popular, sino que debe hacerlo porque su conciencia le dice que es justo. Creo que hoy en día es necesario para todas las personas de buena voluntad reunirse en un gran acto de conciencia y decir las palabras del viejo espiritual negro, “No vamos a estudiar más la guerra”. He aquí el reto del hombre moderno.
Vida espiritual frente a confort material
Martin Luther King, sin preconizar un retorno hacia la sencillez voluntaria ni devenir en un crítico del desarrollo como Gandhi, se puso en guardia contra el american way of life en tanto su tendencia al consumismo y el materialismo podía desviar al hombre de la causa del bien y de la espiritualidad:Hoy en día, la gran tentación y la gran tragedia de la vida es que permitimos con frecuencia al exterior de nuestras vidas el absorber al interior de nuestras vidas. La gran tragedia de la vida es que con demasiada frecuencia autorizamos a los medios con los que vivimos a alejarnos del fin para el que vivimos. […] ¿Cuál es el beneficio para un hombre de llenar el mundo entero de medios - aviones, televisiones, luz eléctrica - y perder el fin: el alma?
En su opinión, este profundo cambio estaba vinculado a una revolución de los valores que permitiría vencer a los más grandes males de la civilización:
Estoy convencido de que si queremos estar del lado bueno de la revolución mundial, debemos como nación emprender una revolución radical de valores. Debemos comenzar rápidamente a pasar de una sociedad “orientada hacia las cosas” a una sociedad “orientada hacia la persona”. Cuando las máquinas y los ordenadores, los motivos de beneficios y los derechos de propiedad son considerados como más importantes que los individuos, el triplete gigante compuesto por el racismo, el materialismo y el militarismo es imposible de vencer.
Fe, amor y poder
Debido a su vocación de pastor, Luther King situó a la Biblia en el corazón de su mensaje, considerando que la humanidad había estado desde hacía mucho tiempo "en la montaña de la violencia" y que debía ir hacia "la tierra prometida de justicia y de fraternidad". Para él, este objetivo era una misión divina en tanto que "no debía satisfacerse nunca con objetivos inacabados, […] sino que había que mantener siempre una especie de descontento divino".Esta voluntad divina y este mensaje de amor transmitido por el Evangelio implicaba, según él, una voluntad inquebrantable frente a la adversidad, "un espíritu duro y un corazón tierno", como enseñó directamente Jesús a sus discípulos:
Jésus reconoció la necesidad de confundir a los contrarios. Sabía que sus discípulos deberían enfrentarse a un mundo difícil y hostil, donde habrían de enfrentarse a los políticos recalcitrantes y a la intransigencia de los protectores del antiguo orden […] Y les dio una fórmula de acción, “sed tan sabios como las serpientes y tan inofensivos como las palomas”.
El amor no es, entonces, para Luther King solamente un fin, sino también un medio de llegar a la paz y la justicia mundiales; así, refuta el concepto del amor como algo débil que algunos filósofos como Nietzsche acuñaron:
Esta llamada para que una comunidad mundial lleve los problemas de vecindad más allá del ámbito tribal, de la raza, de la clase y de la nación, es en realidad una llamada a un amor universal e incondicional de la humanidad entera. Este concepto frecuentemente incomprendido, frecuentemente mal interpretado, tan rápidamente eludido por los Nietzsches del mundo como una fuerza débil y cobarde, se ha convertido ahora en una necesidad absoluta para la supervivencia del ser humano. Cuando hablo de amor, yo no hablo de una especie de respuesta sentimental y débil. No hablo de una fuerza que solo es un sinsentido sentimental. Yo hablo de una fuerza que todas las grandes religiones del mundo han visto como el principio unificante supremo de la vida. El amor es la llave que abre la puerta que lleva a la realidad última.
Martin Luther King consideraba que el poder en este contexto no era algo malo en sí en cuanto era comprendido y utilizado correctamente, es decir, cuando no era considerado como el exacto opuesto del amor. En su opinión, la perversa interpretación según la cual el amor es el abandono del poder y el poder una denegación de amor, es la razón por la que Nietzsche rechazó el concepto cristiano de amor y los teólogos cristianos el concepto nietzscheano de la voluntad de poder.
El poder sin amor es peligroso y abusivo, el amor sin poder es sentimental y anémico. El mejor poder es el amor que implica la petición de justicia, y la mejor justicia es el poder que corrige todo lo que pone obstáculos al amor.
Una lucha por el poder sin amor o conciencia está entonces condenada al fracaso, ya sea por blancos o negros. Para él, "es esta colisión entre un poder inmoral y una moralidad impotente la que constituye la mayor crisis de nuestro tiempo".Aunque hombre de fe, Luther King apostaba por el laicismo y aprobó una decisión de la Corte suprema de prohibir la oración en las escuelas públicas. Comentó que "eso no pretendía poner fuera de la ley la oración o la creencia en Dios. En una sociedad plural como la nuestra, ¿quién debe determinar qué oración debe ser dicha y por quién? Legalmente, constitucionalmente o de otra manera, el Estado no tiene ciertamente ese derecho".
Ciencia y religión
Para Luther King, si la violencia y la guerra habían devenido tan destructoras era porque la rapidez del progreso científico había sobrepasado a la del desarrollo de la ética y la moral, que no siempre podían restringir sus aplicaciones negativas. Aunque subrayaba con humor que "nuestro poder científico había desbordado nuestro poder espiritual. Tenemos misiles guiados y hombres desorientados", no señalaba, sin embargo, a la ciencia como responsable de todos los males y apelaba a su complementariedad con la religión y la ética en el desarrollo humano:La ciencia investiga; la religión interpreta. La ciencia da al hombre el conocimiento que es el poder; la religión da al hombre la sabiduría que es el control. La ciencia se ocupa principalmente de los hechos; la religión se ocupa principalmente de los valores. Las dos no son rivales. Son complementarias.
Compensación histórica
En varias ocasiones, Martin Luther King expresó la opinión de que los afroamericanos, al igual que otros estadounidenses oprimidos, deberían ser indemnizados por los perjuicios sufridos históricamente.Entrevistado por Alex Haley en 1965, dijo que dar solo la igualdad a los afroamericanos no podría suprimir la diferencia de renta entre ellos y los blancos. Indicó que no pedía una restitución completa de los salarios nunca pagados durante la esclavitud, algo que creía imposible, sino que proponía un programa de compensación gubernamental de 50 mil millones de dólares durante 10 años para todos los grupos oprimidos.
Subrayó que "el dinero gastado estaría más que justificado por los beneficios que aportaría a la toda la nación gracias a una bajada espectacular del abandono escolar, de las separaciones familiares, de las tasas de criminalidad, de la ilegitimidad, de los enormes gastos sociales, de los motines y de muchos otros males sociales".
En su libro Por qué no podemos esperar de 1964, desarrolló esta idea, explicando que el reglamento del trabajo no remunerado era una aplicación de la common law.
Fuentes e inspiraciones
Martin Luther King escribió que su primer encuentro con la idea de la desobediencia civil no violenta fue al leer On Civil Disobedience de Henry David Thoreau, en 1944, cuando estaba en el Morehouse College:Ahí, con ese valiente rechazo de un hombre de Nueva Inglaterra a pagar sus impuestos y su elección de ir a prisión antes que sostener una guerra que extendería los territorios de la esclavitud a México, tuve mi primer contacto con la teoría de la resistencia no violenta. Fascinado por la idea de rechazar el cooperar con un sistema maléfico, quedé tan profundamente conmovido que releí el libro varias veces.
Thoreau le hace tomar conciencia de que una lucha activa pero no violenta contra el mal era tan justa y necesaria como ayudar al bien, y que los medios y formas de esta lucha eran innumerables:
He llegado a convencerme de que la no cooperación con el mal es tan obligación moral como la cooperación con el bien. Ninguna otra persona ha sido más elocuente y apasionada en difundir esta idea que Henry David Thoreau. Como consecuencia de sus escritos y de su testimonio personal, somos los herederos de un legado de protesta creativa. Las enseñanzas de Thoreau han revivido en nuestro movimiento de los derechos civiles; de hecho, está más vivas que nunca. Que sean expresadas por un sit-in en un restaurante, un autobús de la libertad en Mississippi, una manifestación pacífica en Albany (Georgia), un boicot de autobuses en Montgomery (Alabama), todo ello es la cosecha de la insistencia de Thoreau en que se debe resistir al mal y que ningún hombre moral puede conformarse pacientemente con la injusticia.
El dirigente de los derechos civiles, teólogo y educador Howard Thurman tuvo también muy pronto una influencia sobre él. Era compañero de clase del padre de Martin en el Morehouse College, y se convirtió en el mentor del joven Martin Luther y de sus amigos. El trabajo de misionero de Thurman lo había llevado al extranjero donde se había encontrado y conversado con Mahatma Gandhi. Cuando Martin Luther King estuvo en la universidad de Boston, visitaba con frecuencia a Thurman, que era el deán de la capilla de Marsh.
El activista de los derechos civiles Bayard Rustin, que había tenido a Mahatma Gandhi como profesor, aconsejó a Martin Luther King seguir los principios de la no violencia desde 1956. Le sirvió de consejero y de mentor en sus comienzos y sería el organizador principal de la marcha a Washington. No obstante, la homosexualidad reconocida por Bayard, su compromiso con el socialismo democrático y sus relaciones con el Partido comunista de los Estados Unidos hicieron que numerosos dirigentes negros y blancos pidiesen a Martin Luther que mantuviese las distancias con él.
Muy inspirado por los éxitos del activismo no violento de Mahatma Gandhi, Martin Luther King visitó a su familia en la India en 1959, con la ayuda del grupo de cuáqueros de la American Friends Service Committee (AFSC) y del NAACP. El viaje lo afectó profundamente, mejorando su comprehensión de la resistencia no violenta y su implicación en la lucha por los derechos civiles estadounidenses. En un mensaje radiofónico durante su último día en la India, anunció:
Tras mi estancia en la India, estoy más convencido que nunca que el método de resistencia no violenta es el arma más poderosa posible para los pueblos oprimidos en su lucha por la justicia y la dignidad humana. En un sentido literal, Mahatma Gandhi encarna en su vida ciertos principios universales que son inherentes a la estructura moral del universo, y estos principios son tan ineluctables como la ley de la gravedad.
Legado
Homenajes
Martin Luther King fue nombrado persona del año por Time Magazine en 1963.En el discurso de presentación que se le dedicó por parte de los organizadores con motivo de la entrega del Premio Nobel de la Paz en 1964, Martin Luther King fue descrito como "la primera persona del mundo occidental que ha demostrado que una lucha puede ser ganada sin violencia, la primera en haber hecho de su mensaje de amor fraternal una realidad a lo largo de esa lucha, y la que ha llevado ese mensaje a todos los hombres, a todas las naciones y a todas las razas".
Recibió en 1965 la medalla de las libertades estadounidenses del Comité Judío Estadounidense "por su excepcional fomento de los principios de las libertades humanas". En la ceremonia de recepción del premio dijo que la libertad era una cosa, y que o se tenía entera o no se era libre.
El mismo año recibió el premio Pacem in Terris (paz en la tierra, en latín) basado en la encíclica Pacem in Terris del papa Juan XXIII.
En 1966, la federación de planificación familiar de América le otorgó el premio Margaret Sanger "por su valiente resistencia a la beatería y por su vida consagrada al progreso de la justicia social y de la dignidad humana".
Martin Luther King recibió 20 Doctorados honoris causa de universidades estadounidenses y extranjeras.
Recibió también a título póstumo el premio Marcus Garvey del gobierno de Jamaica en 1968 y en 1971 recibió el Grammy Award a la mejor grabación hablada por su discurso Why I Oppose the War in Viêt Nam (Por qué me opongo a guerra del Vietnam).
El presidente Jimmy Carter lo galardonó con la Presidential Medal of Freedom a título póstumo en 1977.
En 1980, el barrio donde pasó su juventud fue declarado monumento histórico.
El 2 de noviembre de 1983, el presidente Ronald Reagan firmó una ley por la que se creó un día festivo en su honor, el Martin Luther King Day. Los primeros estados lo aplicaron en 1986 y el 17 de enero de 2000 el día festivo fue celebrado oficialmente en los 50 estados del país.
En 1998, la fraternidad Alpha Phi Alpha, a la que él pertenecía, fue autorizada por el Congreso de los Estados Unidos a crear un memorial.
Martin Luther King sería el primer afroamericano y el segundo no presidente en ser honrado con un monumento en el National Mall de Washington.
Martin Luther King está considerado como el autor de los más grandes discursos históricos de los Estados Unidos, junto con Abraham Lincoln o John Fitzgerald Kennedy.
Más de 730 ciudades de los Estados Unidos tenían una calle Martin Luther King en 2006 y muchas otras han sido bautizadas con su nombre en el mundo entero.
Partidarios e influencia
Martin Luther King es una de las personalidades más admiradas de la Historia de los Estados Unidos.Inspirado por Gandhi, numerosas personalidades de la escena internacional como Colin Powell, José Bové y Jesse Jackson lo han tomado como ejemplo para su lucha en favor de los derechos del hombre y su método de desobediencia civil a través de la no violencia como el mecanismo adecuado para conseguirlo.
Ha influido en los movimientos por los derechos del hombre en África del Sur y ha sido citado como inspiración por otro premio Nobel de la Paz que ha combatido por la igualdad en esos países: Albert Luthuli.
La mujer de Martin Luther, Coretta Scott King, siguió los pasos de su marido y se mantuvo muy activa respecto de los problemas de justicia social y de los derechos civiles hasta su muerte en 2006. El año del asesinato de su marido, fundó el King Center en Atlanta, dedicado a preservar su legado y su trabajo de promoción de la resolución no violenta de los conflictos, y de la tolerancia en el mundo.
Su hijo, Dexter King, es en la actualidad el presidente del centro y su hija Yolanda ha fundado la Higher Ground Productions, una organización especializada en el tratamiento de la diversidad.
En 2008, durante la elección presidencial estadounidense Barack Obama llenó su campaña de referencias a Martin Luther King y le rindió homenaje. Jesse Jackson, compañero de lucha de King, declaró que le habría gustado que este hubiese sido testigo de la victoria de Barack Obama, primer presidente de los Estados Unidos de color.
Críticas
Más allá de las acusaciones de infidelidad o de plagio académico, los militantes más radicales, como los del movimiento Black Power o Malcolm X, le dirigieron diversas críticas políticas, aunque no dañaron excesivamente su imagen.Así, Stokely Carmichael se mostró en desacuerdo con la voluntad de integración de Martin Luther King, que consideraba como un medio para alcanzar sus fines y no como un principio. Stokely Carmichael veía, por tanto, la lucha de Martin Luther King como un insulto a la cultura afroamericana.
Omali Yeshitela, que había dirigido el International People's Democratic Uhuru Movement (UnPDUM), más radical, pidió también a los africanos que se acordasen de que la colonización europea se había hecho de manera violenta y forzada, y no por integración en la cultura africana. Intentar integrarse en la cultura del colonizador es para ella también un insulto a la cultura original africana.
Tumba de Martin Luther King en el Martin Luther King, Jr. National Historic Site de Atlanta:
"Libre al fin. Libre al fin. Gracias Dios Todopoderoso, soy libre al fin."
Estatua de Luther King en la fachada del Museo Rocsen en Cordoba, Argentina
Monumento dedicado a Martin Luther King en la Universidad de Uppsala, Suecia
Muy buen post!♥
ResponderEliminarMuchas gracias Najash =)
ResponderEliminarSaludos